En las fechas en las que entramos son comunes las reuniones familiares. Nos juntamos, si la situación sanitaria lo permite, con miembros de nuestra familia a quienes no solemos ver durante el resto del año, y estas reuniones pueden traer consigo conflictos.
Ya sea por los típicos temas que acaban en discusión, o por diferentes puntos de vista u opiniones mal expresadas, es fácil que surjan situaciones conflictivas o desagradables con la familia. ¿Cómo podemos afrontar esto?
Pues bien, aquí influye nuestra capacidad de gestión emocional y nuestras estrategias de comunicación asertiva. Cuando en la mesa se toca un tema que nos afecta despierta en nosotros una emoción, si dejamos que esa emoción (como el enfado) se intensifique podemos llegar a dejarnos llevar por ella y actuar de manera inadecuada, potenciando así el conflicto.
¿Qué pasos podemos seguir?
- Si algún familiar hace un comentario que nos molesta, lo primero es darnos cuenta de qué es lo que nos está molestando. Por ejemplo: ¿y tú cuándo vas a encontrar pareja? “Este comentario me está molestando porque ahora no tengo pareja y me gustaría tenerla, o porque no quiero tenerla pero me siento presionado a cumplir estas expectativas de mi familia, o me molesta que en mi familia se valore más el tener pareja que otros aspectos que son más importantes para mi.”
- Una vez que sabemos qué nos ha molestado podemos hacer un par de respiraciones profundas para ayudarnos a volver a calmarnos, gestionando así la emoción, y empatizar con la otra persona. Por ejemplo: “mi familiar me está preguntando eso porque se interesa por mi, o porque no sabe sacar otros temas de conversación, etc.”.
- Cuando ya nos sintamos más calmados y hayamos intentado ponernos en el lugar de la otra persona, elegimos cómo queremos responder. Aquí podemos utilizar un esquema sencillo de comunicación asertiva:
- Empatizar con la otra persona. “Entiendo que te interesa cómo está mi vida ahora mismo…”.
- Explicar cómo me siento. “Pero me siento incómoda al hablar sobre el tema de la pareja, o no me resulta agradable este tema…”.
- Decir lo que nos gustaría. “Me gustaría que en lugar de mostrar el interés de esta forma, me preguntaras cómo estoy o qué tal me va”.
De esta forma favoreceremos que ese comentario o situación incómoda ocurra menos en el futuro, y estaremos poniendo límites sobre lo que queremos o no queremos compartir. Pero, podemos vernos envueltos en situaciones en las que no nos sintamos cómodos utilizando este esquema, y podemos responder de otras maneras. Así, podemos desviar la conversación hacia otro tema de interés que sea más neutral, y elegir en qué conversaciones nos queremos meter y en cuáles no, dejándolas pasar.
Aun así, siempre que tengamos un conflicto con una persona cercana, la mejor forma de resolverlo es comunicando cómo nos sentimos, buscando empatizar con las personas implicadas, y expresando la solución que nos gustaría para dicho conflicto.