La dependencia emocional consiste en una serie de comportamientos considerados “adictivos” que se dan en una relación social y se caracteriza por una asimetría en el rol que desempeña cada uno de los miembros de la relación.
Estos comportamientos a los que nos referimos suele ocurrir en personas que tienen carencias afectivas. Por evitar el rechazo de la otra persona pueden llevar a cabo conductas patológicas y desproporcionadas. De forma similar que un drogadicto necesita su dosis , la persona dependiente necesita a la persona de la que depende y es que en la dependencia emocional operan similares mecanismos de refuerzo positivo como en otras adicciones, que acaban generando dependencia psicológica casi incontrolable en la persona.
¿Cómo podemos poner fin a una relación en la que existe esta dependencia?
Para dar el paso a terminar una relación de pareja es necesario que la persona tenga seguridad en sí misma y una buena autoestima.
Muchas veces, el miedo a estar solos o a empezar de nuevo nos paraliza, siguiendo en la relación a pesar de no estar satisfechos con ella. El miedo a los cambios también hace que la persona pueda tener dificultades para tomar la decisión.
Estos cambios a los que nos referimos afectan también al entorno de la pareja, familia y amigos en común, lo que influye en que la persona también pueda tener dificultad a la hora de dar el paso.
Surgen a su vez nuevos miedos, por ejemplo: “van a pensar que soy mala persona”; “no van a querer volver a saber nada de mi”…
Quien da el paso a la hora de romper la relación suele sentir culpa por el daño causado. No obstante, tanto la culpa como el miedo y la ansiedad son emociones normales y propias asociadas al proceso de cambio, que se irán reduciendo según nos vayamos adaptando poco a poco a la nueva vida. Tomar este tipo de decisiones y llevarlas a cabo, genera incertidumbre, y con ello, miedos y preocupaciones.
En cualquier caso, dejar una relación es un proceso en el que aparecen miedos irracionales e inseguridades. Si por no enfrentarlos seguimos en la relación a pesar de no estar satisfechos en ella, podemos generar alguna patología como ansiedad, depresión y problemas de autoestima.
Normalmente, las personas que continúan una relación sin sentirse bien en ella y esperan a que la otra persona o la dinámica de la relación cambie, probablemente presenten una dependencia emocional.
Los síntomas más evidentes de la dependencia emocional son:
- Tener necesidad de estar con la otra persona y sentir ansiedad, angustia y malestar ante la separación de la otra persona.
- Necesidad de aprobación por parte de la pareja para sentirse bien
- Idealización de la otra persona, viendo simplemente sus virtudes y minimizando o justificando los defectos.
- Presentar miedo a la soledad y ante la posible ruptura, viéndose incapaz de seguir adelante en caso de que esta situación se diera.
- Presencia de pensamientos obsesivos relacionados con el ámbito de la pareja
- Renuncia a necesidades personales para satisfacer el bienestar de la pareja
- Sensación de que la relación no funciona correctamente o que la otra persona tiene conductas o comportamientos negativos hacia uno mismo y aún así preferir seguir con la relación con el fin de evitar la incertidumbre que supone el dejarla.