Los niños, al igual que las personas adultas, también pueden verse afectada por el estrés.
Pero, ¿ Qué puede causar niveles altos de estrés en niños?
Empezar el día con prisa; que existan conflictos en el entorno familiar; la observación de conductas de tensión y estrés en las figuras de apego; el tener que hacer frente a un ritmo escolar alto; el exceso de tareas y estar sometidos a un ritmo de trabajo para el que probablemente no estén capacitados todos los alumnos por cuestiones emocionales, madurativas, familiares, etc. La dificultad para saber manejar conflictos con los compañeros o con algún profesor podrían ser también una fuente de estrés.
Podemos hablar de estrés infantil cuando observamos reacciones desproporcionadas a nivel emocional en niños ante situaciones que no son capaces de controlar. Además, debemos tener en cuenta que la infancia es una etapa de cambios y de adaptación a distintos contextos en los que la exigencia es cada vez mayor.
Una buena educación emocional puede ayudar a los menores a manejar el estrés de una forma adecuada. Ofrecerles alternativas a la hora de resolver conflictos, una correcta organización y planificación del tiempo y actividades y servir de modelo ante las dificultades y contratiempos favorece que los niños crezcan en un entorno de equilibrio emocional.
¿ Qué síntomas son indicativos de estrés infantil?
- Ansiedad
- Preocupación excesiva
- Irritabilidad
- Aparición de nuevos miedos u otros que ya se habían superado
- Dificultad para estar solos
- Comportamientos agresivos
- Aparición de regresiones o comportamientos propios de etapas anteriores del desarrollo que ya se habían superado
¿ Cómo podemos ayudar a los niños a manejar el estrés?
- Planificar actividades escolares y extra- escolares sin que lleguen a ser excesivas.
- Transmitirles seguridad y tranquilidad desde el entono familiar
- Ser consistentes y consecuentes a la hora de educar
- Establecer normas que les permitan conocer qué esperamos de ellos en cada situación concreta.
- Dedicación de tiempo de calidad, que sientan que estamos a su lado para escucharles y orientarles según el conflicto que presenten
- No ridiculizar ni quitar importancia al problema que presentan, ya que si se encuentran afectados es importante para ellos
- Dejar todos los días tiempo de ocio y juego sin que se encuentren sometidos a la presión de obligaciones y responsabilidades
- Práctica de ejercicio y de actividad física regular.
- Ayudarles a manejar la frustración de forma correcta y desde el equilibrio emocional. No debemos olvidar que somos su modelo de referencia. Si ven que nosotros manejamos correctamente los conflictos, ellos también lo harán.
- Tener en cuenta que los problemas de adultos son de éstos y no debemos hacer partícipes a los niños de los mismos. Podemos ser honestos con ellos en cuanto a la existencia del problema, pero no debemos entrar en detalles, puesto que no tienen la capacidad madurativa y emocional necesaria para poder hacerles frente.
- Introducir técnicas de relajación en su rutina habitual desde pequeños.
- Enseñarles a enfrentar y exponerse a situaciones novedosas, y por tanto, a aquellas que puedan causarles miedo e inseguridad.
A continuación os dejamos el enlace a un vídeo sobre la influencia del estrés en los padres en los más pequeños. https://www.youtube.com/watch?v=DjAyePYjhZQ