Al comienzo del verano, además de todos los aspectos positivos que conlleva, también es fácil que se agudicen los problemas relacionados con la aceptación de nuestro aspecto físico muy especialmente en aquellas personas que sufren trastornos de alimentación al tener un mayor grado de exposición del cuerpo debido tanto a las actividades que suelen realizarse como al tipo de ropa requerido por la época.
El verano es un periodo en el que algunas actividades como ir a la playa o a la piscina pueden generar una gran ansiedad y complejo, llegando a evitar dichas situaciones con el fin de no mostrar el cuerpo.
Los problemas con nuestra imagen corporal no solo afectan a nuestro autoconcepto, sino que también afecta a nuestra área social, de pareja y cómo no, a nuestras actividades de ocio.
La búsqueda del cuerpo perfecto es una tarea utópica, ya que no existe un cuerpo tal, lo que puede provocar gran frustración cuando nos comparamos con los demás, tanto en la realidad como en redes sociales, televisión o revistas.
Los profesionales de la psicología conocemos la importancia trabajar para construir una idea más realista del cuerpo para poder ser capaz de aceptarlo y si cabe mejorarlo, pero sin intentar cambiarlo.
Un aspecto muy importante es saber tratar bien a nuestro cuerpo durante todo el año, no solamente en la época estival.
Para ello, debemos focalizarnos en diferentes aspectos como:
- Nutrición: Cada época tiene sus alimentos de temporada, aprende a disfrutar de todos ellos sin restricciones rígidas que provoquen ansiedad y descontrol. Para estar saludable no es necesario hacer dietas estrictas o evitar ciertos alimentos calóricos, sino que es importante mantener una dieta balanceada y equilibrada. Si creas este hábito saludable enfocándote en la alimentación real y no en cómo se ve tu cuerpo, sufrirás mucho menos comiendo y te asegurarás de que los cambios respecto a la alimentación son más duraderos y efectivos.
- Vida más activa: Aprovechar el verano para disfrutar de actividades al aire libre y del buen tiempo como ir a la playa o a la piscina, hacer deporte o comer fuera de casa. A veces no es posible hacer deporte por falta de tiempo o nuestro trabajo requiere estar sentados durante mucho tiempo. La clave para enfrentar una vida más sedentaria es la flexibilidad cognitiva, pudiendo así organizarnos de una mejor manera o pensar en otras alternativas que nos hagan sentirnos mejor, buscando el bienestar personal en todos los ámbitos de la vida y no solamente la satisfacción corporal.
- Socializar: En ocasiones, los contactos sociales pueden implicar comer fuera o menos saludable. No evitar estas situaciones, implicará una mejor gestión de las emociones y una mayor adaptación, a la vez que cuidamos las relaciones interpersonales .
- No perder las rutinas: Intentar dormir suficientes horas y no abusar del uso de redes sociales, ya que durante las vacaciones hay un descontrol en los horarios y en el uso de pantallas, lo cual también puede afectar al estado de ánimo y al malestar psicológico.
Si tienes dificultades con la imagen corporal los profesionales de la psicología podremos ayudarte.