En nuestro blog podéis encontrar la entrada de “Mindfulness Familiar” en el que explica el significado de esta técnica, sus beneficios y distintas formas de practicarlo. En esta segunda parte, daremos a conocer distintos juegos para poder llevarlo a cabo con los pequeños y poder disfrutar en familia.
En primer lugar, vamos a habilitar una zona “chula” en la casa con cojines de colores en el suelo o algo que guste. Determinar o intentar establecer una hora determinada para realizar el ejercicio, de esta forma se convertirá en un hábito. Podemos acompañarlo con música relajante para un obtener un mayor condicionamiento.
- Respiración: Enseñarles a fijar la atención en su respiración. Podéis guiarlo con verbalizaciones tipo: “Observa como el aire entra por tu nariz y va llenando los pulmones. Observa cómo va saliendo poco a poco…”
- La abeja: Nos tapamos los iodos con el pulgar, el resto de mano apoyada en la cabeza y se escuchará como el zumbido de una abeja. Centrarnos en la respiración, cerramos los ojos e imitamos el sonido de la abeja.
- Detectives: Realizamos una botella de la calma o con un reloj de arena y nos centramos durante unos minutos plenamente en el movimiento.
- Soy todo oídos: Céntrate en los sonidos que nos rodean, escuchar el silencio, una melodía, ir al parque y escuchar la naturaleza, etc.
- El instrumento: Ponemos distintas canciones en las que suene en todas ellas un instrumento en común, hay que estar muy atentos y averiguarlos momentos en los que suena ese instrumento.
- Ñam-ñam: Tomamos una pasa, onza de chocolate, nuez o un alimento de textura similar que le guste y que sea consciente de la textura del alimento.
- ¡A pintar!: Momento de colorear mandalas, en silencio, concentrados en nuestro mandala. Lo realizamos despacio, podemos poner un tiempo (prolongado) sin poder terminarlo antes de este tiempo (teniendo en cuenta la dificultad del mandala).
- ¡Qué frío!: Nos imaginamos que estamos en la peli de Ice Age, en la era del hielo, hace mucho frío y nos vamos congelando poco a poco, cada parte del cuerpo hasta quedar completamente inmóvil, como una estatua, tranquilo, respirando lentamente. Una vez permanece un tiempo como una estatua, sale el sol y su cuerpo por partes se va derritiendo, quedando otra vez con mucha movilidad
A continuación, si queréis investigar un poco más os dejamos algunos libros recomendados:
- “Tranquilos y atentos como una rana” (Eline Snel): Este libro ofrece historias y ejercicios simples y breves que los niños podrán practicar a diario. Está dirigido a niños y niñas de 5 a 12 años y a sus padres, que pueden acompañarlos en su práctica.
- “Plantando semillas” (Thich Nhat Hanh): Es un libro repleto de actividades didácticas que pueden ayudar a niños y adultos a liberarse del estrés, aumentar la concentración y la confianza en sí mismos, enfrentarse a las emociones difíciles, mejorar la comunicación o cultivar la paz.
- “Burbujas de paz” (Sylvia Comas): mediante prácticas, juegos y actividades en familia, todos sus miembros podrán acercarse a la práctica del Mindfulness.
- “Juegos Mindfulness” (Susan Kaiser Greenland): Enseña a practicar la atención plena de una forma lúdica a través de seis tipos de actividades concretas: concentrarse, aquietarse, darse cuenta, redefinir, mostrar interés, conectar.
- “Un bosque tranquilo” (Patricia Diaz Caneja): Cuento tanto para niños como para mayores. Es una estrategia muy útil para empezar a tomar consciencia de la importancia que tiene la atención en nuestra vida diaria. Además, tiene una serie de actividades para ayudar a continuar por el camino de la atención de forma amena y lúdica.
- “Mindfulness para niños” (Paloma Sainz Martínez Vara de Rey): Tanto los padres como los niños puedan acercarse a la meditación y ponerla en práctica en su día a día. A través de ejercicios muy sencillos, y una práctica diaria, aprenderemos a conectar con nuestra respiración y nuestro cuerpo, a practicar la atención plena y a tomar distancia de nuestros pensamientos y emociones.
Mindfulness familiar
