El culto al cuerpo ha cobrado tanta importancia en nuestra sociedad actual que se ha transformado en algo que muchas veces puede llegar a convertirse en una preocupación excesiva, que puede provocar daños en nuestra salud tanto física como mental.
La formación de la imagen corporal es un proceso que va cambiando a lo largo de la vida. Esta imagen que tenemos de nosotros mismos puede ir modificándose hacia la aceptación o al contrario hacia el rechazo, que puede llegar a ser total. Tiene un fuerte anclaje en la infancia y la adolescencia, y también influye el cómo responden los demás a nuestra imagen corporal. En la actualidad, el valor que se da al aspecto físico se ha incrementado, de tal manera que la presión por alcanzar el canon estético ha ido aumentado al igual que la insatisfacción con el propio cuerpo de aquellos que no alcanzan esa imagen corporal deseada. Este elevado nivel de exigencia respecto al aspecto físico puede hacer que especialmente aquellas personas que se inclinan hacia el perfeccionismo presenten una elevada disonancia respecto a su imagen corporal y una mayor insatisfacción con su aspecto y/o figura corporal.
En la formación de la imagen corporal influyen diferentes aspectos:
- SOCIALIZACIÓN EN UNA CULTURA DETERMINADA: la cultura nos dice lo que es bonito y lo que no lo es. En la actualidad las distintas sociedades marcan patrones físicos de imagen corporal y de belleza “ideales”. Quienes poseen dichas características determinadas por la sociedad suelen valorarse de una forma mas positiva, lo que contribuye a que tengan una mejor autoestima y quienes no las poseen tienden a valorarse de una forma mas negativa y pueden llegar a tener una baja autoestima. En nuestra cultura, la presión sobre la mujer es mayor que sobre los hombres aunque a ellos cada vez mas se les exige un determinado físico.
- EXPERIENCIAS INTERPERSONALES: la propia familia aumenta la importancia sociocultural del atractivo, de este modo, desde pequeños son ellos los que nos enseñan como debemos arreglarnos, comportarnos, lo que es bonito y lo que no. Las amistades también juegan un papel importante, ser criticado o sufrir burlas, o por el contrario, halagos por la apariencia en la infancia y adolescencia puede influir sobre la imagen corporal en la edad adulta.
- CARACTERISTICAS PERSONALES: aunque vivamos en la misma cultura no todas las personas se ven afectados por ella de la misma manera. Las diferencias individuales son tan importantes como en cualquier otro aspecto. Algunas personas demuestra que no les afecta la presión cultural, ni las burlas o les afecta en menor medida.
Podríamos decir que tenemos una imagen corporal negativa de nosotros mismos si:
- Valoramos de forma equivocada las formas corporales y vemos partes del cuerpo como no son realmente.
- Existe vergüenza por el cuerpo o una parte de él.
- Se siente incomodo y raro en el propio cuerpo, no hay aceptación.
Por el contrario, se tiene una imagen corporal positiva si:
- Existe una percepción clara y verdadera del cuerpo
- Se está a gusto con el cuerpo y se entiende que el aspecto físico de una persona dice poco sobre su valor personal.
- No preocupa en exceso la comida, el peso, las calorías y la apariencia, salvo la preocupación normal por motivos de salud.
Por otro lado, el culto al cuerpo, y un perfeccionismo exagerado en cuanto a la imagen corporal puede provocar consecuencias negativas:
- Problemas médicos derivados: el restringir la comida o perder líquidos de manera inadecuada puede provocar la perdida de electrolitos. También problemas cardiacos, hormonales, estreñimiento, disminución del rendimiento cognitivo o perdida de masa ósea.
- Perdida de hábitos alimenticios saludables: El restringir alimentos puede hacer que perdamos la noción de lo que es o no es saludable.
- Efecto rebote: Con la restricción de comida se puede conseguir el efecto contrario al deseado.
- Trastornos de la conducta alimentaria: el restringir comida puede provocar que se desarrolle una anorexia nerviosa. Pueden aparecer atracones después de periodos de restricción y desencadenar bulimia nerviosa o trastorno por atracón.
- Ansiedad: estar en periodos restringiendo comida puede generar estrés, y en algunos casos, ansiedad.