Una de las cosas que más se trabaja en los procesos de terapia es la comunicación asertiva. La comunicación es un aspecto muy importante en nuestras vidas, algo que influye en gran medida en nuestras relaciones sociales y en nuestro bienestar, por lo que es necesario aprender a comunicarse adecuadamente.
Podemos distinguir 3 estilos comunicativos, esto es, situar todo acto comunicativo en un continuo que va desde un extremo agresivo a otro extremo pasivo, quedando el estilo asertivo en el medio, de esta forma:
Que utilicemos un estilo u otro depende de muchos factores: situación, persona, experiencias previas, estado de ánimo, nivel de cansancio, capacidad de gestión emocional, entre otros. Así, es importante conocer cómo influyen estos factores en nuestra comunicación, además de aprender herramientas de comunicación asertiva.
El típico ejemplo que se utiliza para exponer estos diferentes estilos comunicativos es el de la persona que acude a un restaurante y pide una hamburguesa poco hecha. Cuando el camarero le lleva su comida descubre que la hamburguesa está muy pasado, algo muy diferente a lo que había pedido y que le gusta comer.
Pues bien, en esta situación una respuesta de estilo pasivo sería, o no decir nada y quedarse con la hamburguesa muy hecha, o, alejándonos un poco del extremo pasivo, llamar al camarero y, con un tono de voz bajo y sin mirarle a los ojos, decir algo así como “Perdona la molestia, había pedido una hamburguesa poco hecha y esta está muy hecha, pero me la puedo quedar, no pasa nada, siento molestarte”. ¿Cómo se sentirá esta persona comiéndose algo que no quería? ¿Qué pensará?¿Qué pasa si en la mayor parte de las situaciones en su vida esta persona tiende a callarse y no defender sus derechos?
Por el contrario, una respuesta en el extremo agresivo en esta situación sería la de montar una bronca y gritarle al camarero que eso no es lo que había pedido, exigiendo un cambio. ¿Cómo se sentirán las personas a las que se les hable de esta manera? ¿Resulta fácil mantener relaciones sanas si se tiende a utilizar este estilo comunicativo?
En el punto medio tenemos al estilo asertivo, y una respuesta en esta situación sería “Perdona, entiendo que estáis muy liados y que estas cosas pasan, pero yo había pedido una hamburguesa poco hecha y me habéis traído una muy hecha, me gustaría que me la cambiarais por una como la que había pedido, muchas gracias”, con postura relajada, mirada natural y tono de voz calmado.
Utilizar este estilo de comunicación tiene muchos beneficios, respetamos nuestros derechos, nuestras necesidades y nuestras emociones, respetando también los de las otras personas y buscando que se cubran nuestras necesidades mediante la comunicación adecuada de las mismas. Las relaciones se verán beneficiadas de este estilo de comunicación y se fortalecerán los vínculos, además de mejorar la autoestima de la persona al respetarse a sí misma.
Pero, ¿cómo lo hago? Además de tener en cuenta los puntos sobre comunicación no verbal expuestos previamente, hay un esquema para el mensaje verbal que facilita la comunicación asertiva:
- Empatizo: entiendo tu punto de vista y cómo te sientes, respeto tu postura.
- Siento: con “mensajes yo” expreso cómo me siento en la situación.
- Me gustaría: expreso lo que me gustaría que ocurriese en la situación, la necesidad y cómo la quiero cubrir.
Por ejemplo:
- Entiendo que ayer estabas muy cansado cuando llegaste a casa y que estás teniendo problemas en el trabajo que afectan a tu estado de ánimo,
- Pero ayer me sentí molesta cuando dejaste la cena sin recoger y me dijiste que lo tenía que hacer yo.
- Me gustaría que respetáramos la distribución de tareas que hemos acordado, o que si te sientes mal me lo digas para que te pueda ayudar.
Utilizando este esquema reducimos al mínimo la posibilidad de que haya conflicto al expresarnos, fomentando que la otra persona empatice con nosotros y facilitando que se de el cambio que queremos.
Para aprender a comunicarte de una manera más asertiva y poder disfrutar de los beneficios de utilizarla puedes acudir a terapia, a veces es necesario identificar por qué nos comunicamos como lo hacemos para poder desarrollar un estilo comunicativo más adaptativo.
