“El apego se define como los vínculos emocionales que desarrollamos con las personas con las que nos rodeamos desde que nacemos.
El apego que tenemos durante la infancia determina en gran medida tanto el tipo de amigos (relaciones sociales) como la elección de pareja en edad adulta.
Atendiendo al tipo de apego que ha tenido la persona en su infancia, podemos encontrar muchos factores influyentes en la sintomatología que presenta la persona en la edad adulta. También ayuda a explicar algunos problemas asociados a la infancia.
¿Cuáles son los tipos de apego que debemos tener en cuenta desde un contexto clínico?
- Apego seguro: en este tipo de apego el adulto crea una base de seguridad y confianza en el niño. El adulto es capaz de regularse emocionalmente y atender las demandas del menor, validando y regulando sus emociones. El adulto es capaz de tranquilizarlo y validarlo, por lo que se le transmite al niño/a que es capaz de hacer por sí mismo lo que desee. A la larga, se traduce en que estos niños y niñas tendrán una mayor autorregulación emocional, una mejor autoestima y relaciones sociales exitosas.
- Apego ansioso- ambivalente: el niño o la niña presenta una escasa o nula ansiedad por separación respecto a la figura de apego. Es más, ante el reencuentro con ella también presenta comportamientos ambivalentes, tan pronto lo acepta como lo evita.
- Apego ansioso-desorganizado: el adulto presenta sentimientos desorganizados a la hora de relacionarse con el niño y con la niña. Esta desorganización influirá posteriormente en la forma de relacionarse en la vida adulta con el resto de personas. Son niños y niñas con alta carga emocional y fuertes explosiones de ira y rabia, que presentan dificultad en la relación con los demás, pudiendo desarrollar o desencadenar sintomatología asociada a trastornos de personalidad en la vida adulta.
- Apego ansioso- evitativo: el niño o la niña presenta nula ansiedad por separación, sin que exista una clara preferencia por las figuras de apego, pudiendo mostrar preferencia por su reencuentro con extraños y evitación de la figura de apego principal.
En conclusión, cuidar las primeras relaciones mantenidas con el niño o la niña al nacer determinará en un futuro la calidad de su bienestar psicológico.